jueves, 17 de junio de 2010

Radiohead, más amenaza que contenido...

fuerte y claro: Radiohead ES el grupo más sobrevalorado de la historia de la música

En ningún caso es un mal grupo, pero esa altar en que están ubicados desde "OK Computer" es simplemente excesivo. Un altar construido por cierto, mutuamente, por críticos y fans. Y es impresionante enfrentarse a alguien y decirle que a uno no le gusta Radiohead, que sus temas son aburridos o, peor, que están a medio hacer. Respuesta inmediata: que uno no sabe nada de música.

En cierta forma, ese neo-Radiohead (para distinguirlo del pre-OK Computer) siempre me ha sonado como  un constante refrito de formas musicales ya usadas y repetidas (King Crimson y el kraut-rock son nombres que se me vienen a la cabeza). Sin embargo, el truco de Radiohead , y mucho mérito hay en eso, es el de haber tendido un puente musical para esas estructuras musicales llegasen a un público mayor y más pop.

Radiohead tiene buenas ideas, eso es innegable, y armonías y arreglos sumamente interesantes, pero una y otra vez se asoma una cierta precipitación. Una sensación de que esos elementos nunca  llegan a desarrollarse en toda su dimensión, que los temas los terminan apurados o que lisa y llanamente no saben como cerrarlos. "Airbag" es mi ejemplo favorito, una introducción magnánima, de antología, pero que conduce a nada. 

Y ante esa incapacidad de desplegar y redondear bien las ideas, es que Radiohead empieza a utilizar un recurso fascinante y cautivador: el recurso de poner la forma por sobre (o por delante) del contenido, y ello con la total complicidad de la crítica. En otras palabras, de convertir el envoltorio EN la sustancia. Es así como el marketing del "Kid A" terminó acaparando la atención más que el disco, o que el que "In Rainbows"  fuera descargable gratuitamente se volvió lo importante, pasando la música a segundo plano.

Esta confusión entre contenido y forma, Radiohead a su vez la comparte con otra idolatrada: Björk. Al igual que los ingleses, Björk tras el Homogenic, empezó una serie de discos, definidos por la crítica como "experimentos" o "búsquedas" musicales. Eufemismo que en ambos casos pretende enmascarar y dar algo de altura a una verdadera falta de claridad musical. Nos encontramos así con que la cantidad de gente involucrada se volvió el fondo de "Vespertine", que el probar cuanto aguanta la voz humana conforman "Medulla", o que probar el juguete-nuevo del Reactable son "Volta". De la música, poco.

Es triste pensar como el afán por una aparete novedad, por marcar una diferencia se lo come todo, hasta la música. Y la complicidad de una crítica embobada, no es para nada menor.

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